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El impacto del cambio climático en España deja consecuencias

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El impacto del cambio climático en España deja consecuencias

Las consecuencias del cambio climático en España se han acentuado de forma preocupante durante la última década.

 El año 2017 los niveles de lluvia descendieron más de un 15% y el mes de agosto fue uno de los más cálidos de este siglo en nuestro país. Esto ha generado problemas de sequía y ha acelerado el proceso de desertización del que hace años advierte la comunidad científica.

En las zonas que históricamente han registrado los valores más secos, nos encontramos ahora con
cuencas hidrográficas a menos del 10% de su capacidad. Es decir, prácticamente secas. Y en las zonas
donde nunca ha habido problemas con el agua, los embalses registran menos del 40 de la capacidad.
Las alarmas se encienden ante la situación, y pasar a un plan de acción es y debe ser una prioridad
para el país.

El proceso de industrialización a nivel mundial de los siglos XIX y XX ha elevado la temperatura del
planeta en casi 1º, y el nivel del agua ha subido más de 10cm. El riesgo de incendios se ha disparado, y
la falta de agua potable amenaza la supervivencia de miles de cosechas. No es sólo un problema de
España. La situación requiere movilización a nivel global.

El cambio climático en España amenaza con la pérdida de ciudades

La posibilidad de perder ciudades en España debido al cambio climático es una realidad cada vez más
cercana y palpable. Un estudio de la Universidad de Southampton del Reino Unido sugiere que a finales
de este siglo, el nivel del agua habrá subido una media hasta 3 metros en todo el mundo. Las imágenes
que vemos de los casquetes polares derritiéndose son terribles, pero en gran medida nos parecen
lejanas. Sin embargo, el momento en el que eso suceda en nuestra casa, no es tan lejano.

Si en efecto el nivel del mar sube 3 metros, o mejor dicho, cuando el nivel del mar suba 3 metros,
veremos ciudades españolas inundarse. Gran parte de Barcelona, Málaga o Santander, por nombrar
sólo algunas, sufrirán graves inundaciones, y perderán terreno bajo el mar. Las Rías Baixas
directamente desaparecerán. Esa es la consecuencia más evidente, pero hay más.

Cerca del 80% del suelo español se encuentra ya en un acelerado proceso de desertización. Zonas
como Andalucía o Extremadura presentan una alarmante degradación del suelo, lo que afectará no sólo
a la temperatura, sino también a las cosechas. Esta situación va a alterar sensiblemetne los
ecosistemas, poniendo en grave peligro a la biodiversidad, lo que puede tener graves consecuencias
para la vida humana.

El cambio climático trae consecuencias irreversibles en nuestro país

Hay que seguir luchando contra el cambio climático en España. Sin embargo no podemos olvidar que ya
nos enfrentamos a consecuencias irreversibles. Tenemos que ser conscientes de lo que nos espera
para poder enfrentarnos al problema de la mejor manera posibles y buscar soluciones reales.
La desaparición de suelo fértil no tiene vuelta atrás. Pero el proceso de desertización tiene más
consecuencias de las que solemos pensar. Muchas especies verán peligrar su supervivencia,
incluyendo la especie humana. Esto va a generar un éxodo masivo de esas zonas desérticas a grandes
ciudades. Esta situación puede generar que sea necesario llevar a cabo una explotación de los recursos
mucho más agresiva en esas zonas. Esto producirá seguramente una mayor contaminación, lo que va a
contribuir a acelerar más el cambio climático. Como podemos ver estamos ante una situación
complicada y delicada.

Pero como decíamos al principio, no todo tiene por qué estar perdido. Si apostamos por un desarrollo
sostenible y adaptamos nuestros métodos de explotación para que sean respetuosos con el medio
ambiente, podemos desacelerar el proceso. Pero hace falta la voluntad no sólo de grandes empresas y
gobiernos. Esta lucha es de todos. La solución empieza por conseguir que la población entienda la
situación a la que nos enfrentamos. Y sobre todo, al hecho de que es un problema que nos va a afectar
a todos. No estamos en posición de seguir mirando hacia otro lado como si la destrucción de los
ecosistemas no fuera asunto nuestro.

El calentamiento global puede traernos plagas y enfermedades

El cambio climático y la Covid19 son dos conceptos que van de la mano. Está demostrado como la
destrucción de la biodiversidad y los ecosistemas alimenta la aparición y facilita la propagación de
patógenos. Pero el coronavirus no es la primera ni la última consecuencia que nos puede traer el
cambio del clima.

El aumento de las temperaturas trae consigo la migración de aves y de insectos que se convierten en
especies invasoras, alterando gravemente el ecosistema. Esto hace que los animales se vean obligados
a cambiar la manera en que se relacionan. Y es de esta manera como las enfermedades saltan con más
facilidad al ser humano. Además, algunos mosquitos y otros insectos transmisores, cambian también su
hábitat, por lo que se expande su área de acción. Las enfermedades que transmiten y que antes
estaban acotadas geográficamente debido a las condiciones climatológicas, ahora se globalizan.

Puede suceder lo mismo en terreno marino. Muchas especies se están moviendo por el aumento de
temperatura del mar, como por ejemplo varias especies de medusas. Esto va a alterar las relaciones
entre especies, y puede generar problemas directos en el ser humano, como la disminución de la pesca.

 

Diputación de Málaga premia actuaciones contra el cambio climático

El avance de las consecuencias del calentamiento global en nuestro país es veloz. Este proceso, como
advierten los científicos, no es reversible. Pero eso no significa que esté todo perdido o que tengamos
que darnos por vencidos. Frenarlo y desacelerarlo sí es posible. Debemos cuidar el planeta sin perder
de vista la realidad. El planeta no nos necesita. Somos nosotros quiénes lo necesitamos.

Por ese motivo, La Diputación de Málaga organiza todos los años los Premios Málaga Viva. Con esta
iniciativa, el organismo malagueño quiere reconocer a aquellas instituciones, organizaciones, empresas
y personas de la provincia de Málaga que llevan a cabo actuaciones y esfuerzos para frenar los efectos
del cambio climático.

Los premios Málaga Viva tienen como objetivo promocionar políticas de desarrollo sostenible
fomentando la comunicación entre diferentes municipios malagueños.