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En agosto de 1648, Miguel de Mañara (1627-1679), caballero sevillano y altruista, se casó con Doña Maria Antonia Carrillo de Mendoza y Castrillo. Juntos construyeron el Palacete de Mañara. A la muerte de su esposa en Montejaque el 17 de septiembre de 1661, y sin hijos, Miguel entró en un periodo de profunda reflexión personal, incluso se planteó entrar en la vida religiosa. Se retiró durante cinco meses a una ermita Carmelita en un valle oculto de la Serranía de Ronda a dos leguas de Montejaque.
El lugar fue convertido en hotel en 1997 y mantiene la fachada, donde el escudo de armas de la familia se ha colocado en la parte superior de la entrada principal.
El Hotel Palacete de Mañara, que perteneció a Don Miguel de Mañara, se encuentra en la plaza de Montejaque. El hotel cuenta con 8 habitaciones dobles en suite, biblioteca, sala de estar y terraza privada con piscina.