Itinerario
En condiciones normales, la ruta no presenta inconveniente alguno, pero en caso de fuertes lluvias hay dos puntos del sendero, uno en las Angosturas y otro poco antes de llegar a la Estación de Jimera, que se anegan, si bien existe un paso para sortear las dificultades. El tren nos proporciona la oportunidad de desplazarnos entre las estaciones de Ronda, Benaoján-Montejaque, Jimera de Líbar, Cortes y Gaucín (El Colmenar), puntos de inicio o intermedios de la etapa. En todo momento coincidimos con el GR 249 Gran Senda de Málaga.
Resumen
La etapa transita por un territorio de gran valor etnológico y ambiental. El inicio se sitúa en uno de los accesos históricos a Ronda, desde donde es posible contemplar el majestuoso Tajo y el Puente Nuevo. Antes de alcanzar el puerto de la Muela, se atraviesa la Hoya del Tajo y sus espléndidas huertas de traza andalusí. El pinar de piñoneros del monte Dehesa del Mercadillo precede al amplio valle donde el Guadalcobacín y el Guadalevín funden sus aguas para dar vida al río Guadiaro, uno de los más importantes del Distrito Hidrográfico Mediterráneo. A partir de aquí discurriremos un buen rato en paralelo a la línea férrea Algeciras-Bobadilla, aunque al llegar a la Pasada de Gibraltar enfilaremos un sendero, en constante subida, que penetra en las escarpadas laderas de la sierra del Algarrobo. Desde el cercano puerto de Ronda disfrutaremos de una atractiva panorámica del cada vez más angosto Valle del Guadiaro y del paraje donde se halla la famosa cueva del Gato. En el descenso hacia Benaoján nos sorprenderá el agrio relieve kárstico de la sierra frente al poljé en el que se asienta dicha población. El siguiente tramo nos asoma al nacimiento de Benaoján, impresionante tras constantes lluvias, y a la barriada de la Estación. La segunda parte de la etapa discurre en paralelo al cauce del Guadiaro, por la ribera izquierda, a través de un estrecho valle aprisionado al oeste por las sierras de Benaoján y del Palo, mientras que al este hacen lo propio el Monte de las Viñas y la sierra del Conio, éstos últimos alineados con la dorsal interfluvial que aísla al Guadiaro del vecino Valle del Genal. Durante el trayecto iremos sumidos bajo un verde dosel de encinas y quejigos con toda su corte floral. El otro elemento singular del tramo es el trazado ferroviario, el cual va dirimiendo los obstáculos geográficos, unas veces por túneles y otras por viaductos. Una parte importante de la etapa trasiega por los dominios del Parque Natural Sierra de Grazalema.
Lo mejor
El GR-141 Gran Senda de la Serranía de Ronda es un sendero circular que permite recorrer buena parte de la geografía de la Serranía de Ronda en 6 etapas.
Es de sobras sabido que una de las mejores maneras de conocer un sitio es abandonar las carreteras y adentrarse en el paisaje. En la Serranía de Ronda este axioma es especialmente cierto puesto que, por razones técnicas, las modernas carreteras no se construyeron siguiendo el trazado de los viejos caminos que unían unos pueblos con otros, como sucedió en otras comarcas de orografía más suave. Hay, pues, todo un mundo interior por descubrir repleto de historias y de leyendas, de fuentes, de alquerías abandonadas, de molinos y de cortijos esperándote. Eso sí. Tendrás que dejar el coche, calzarte las botas y seguir el sendero.
La Gran Senda de la Serranía de Ronda te espera. Pero no te preocupes que no estarás solo. El camino atraviesa la mayor parte de los pequeños pueblos de la Serranía de Ronda donde podrás reponer fuerzas en alguno de los pequeños bares y restaurantes, comprar comida para el camino e incluso pernoctar en alguna de las casas rurales o pequeños hoteles.
El punto de salida del GR-141 es la Plaza del Campillo, en el centro histórico de la ciudad de Ronda. El camino desciende hasta el fondo del Tajo y, desde allí, nos lleva a través del valle del Guadiaro, con el río y el ferrocarril como compañeros de viaje a lo largo de toda la etapa.
Pasamos muy cerca de la Cueva del Gato y atravesamos los pueblos de Benaoján, Estación de Benaoján, Estación de Jimera y, finalmente Jimera de Líbar, un soleado pueblo donde reponer fuerzas y descansar del esfuerzo realizado.