Itinerario
Este sendero cuenta con la infraestructura propia de la Gran Senda de Málaga y la Senda Litoral para recorrer la franja oriental de la Costa del Sol. Concretamente se desarrolla a caballo entre dos etapas del GR-249, la segunda y la primera, y los términos municipales vecinos del Rincón y la capital. El perfil es casi totalmente llano, ascendiendo tan solo en el Cantal, La Araña y el Candado, a escasa altitud y de forma muy suave. Aunque podría perfectamente alargarse hasta el centro de Málaga, se ha preferido seleccionar un punto de finalización fácilmente reconocible y que marca una distancia media, cifrada en casi 9 kilómetros.
Resumen
Para la orientación en el sendero sólo hay que prestar atención en los lugares en los que se cambia de vial, lo que sucede en no pocas ocasiones. Aparte de los tres paseos marítimos hay tramos de senderos peatonales, pistas de tierra, acerados e incluso veredas por el roquedo de la Punta de la Araña. Salvo que así se quiera, no es necesario transitar por la arena.
La elección de la dirección este-oeste ha tenido en cuenta que se complementa así la de la Topoguía para aquellos usuarios que quieran hacerla en el otro sentido. En esta ocasión se aconseja que se realice preferentemente por la mañana para no tener el sol en contra.
Lo más interesante es, en cualquier caso, la alternancia de zonas de innegable interés arqueológico e histórico con playas turísticas urbanas, zonas industriales y enclaves de importantísimo interés medioambiental. En un recorrido tan corto y situado entre dos ciudades densamente pobladas es toda una sorpresa encontrarse estos lugares tan dispares y que invitan a ser recorridos con sosiego. Porque curiosamente la costa malagueña no es solo un monocultivo de sol y playa sino también un lugar donde perderse practicando senderismo. Y eso lo demuestra de sobras esta propuesta entre el Rincón de la Victoria y el Balneario del Carmen.
Lo mejor
Un escenario para la historia malagueña
La cercanía a la capital milenaria y al escenario geográfico del mayor río malagueño, el Guadalhorce, hace que las huellas de la ocupación humana sean en este sendero abrumadoras. Las más conspicuas son las construcciones de cierta envergadura, como las torres almenaras o el que pasa por ser el edificio más alto de Málaga, la torre de la cementera de La Araña.
Las infraestructuras de comunicación de antaño cobran una especial relevancia en las zonas de acantilados, con los túneles y trincheras del ferrocarril suburbano litoral o la tristemente famosa carretera de Almería en el Paseo de los Canadienses.
La presencia de la zona arqueológica del Complejo del Humo está aportando valiosos datos sobre la vida prehistórica en el sur de Europa. La identidad pesquera y marina de la zona se percibe en los varaderos, las nuevas infraestructuras de ocio deportivo e incluso en un astillero tradicional donde se fabrican jábegas. Y, como colofón de una ruta por la Costa del Sol, el Balneario del Carmen supone echar un vistazo a una forma muy peculiar de entender el turismo en los comienzos de esta industria fundamental.