Itinerario
La parte del valle del Guadiaro por donde se desarrolla este sendero de 10,5 km. es un verdadero dédalo de caminos tradicionales y senderos homologados. Para diseñar el recorrido circular se ha recurrido a enlazar el GR 249, su hermano menor el GR-141 Gran Senda de la Serranía de Ronda y dos senderos de pequeño recorrido, el PR-A 237 Benalauría-Cañada del Real Tesoro y el PR-A 255 Jimera de Líbar-Cortes de la Frontera. Estos viales unas veces van juntos y otras se cruzan o se separan, por eso es especialmente importante observar el mapa, leer las descripciones en el texto y estar atentos a las señales sobre el terreno.
Resumen
La mayor parte del tiempo se cogen pistas de grava bien conservadas, con algunos tramos de veredas tradicionales y un corto trayecto por la carretera A-373. Al principio se camina hacia el sur siguiendo el río Guadiaro, que se cruza por un puentecito para torcer en sentido contrario y empezar la subida desde Siete Puertas hacia el este, hasta la alquería de Siete Pilas. Luego se completa el círculo utilizando las anchas pistas forestales de la Dehesa hasta conectar de nuevo con la carretera y retornar al punto de partida.
Hay algunas posibilidades de acortar o variar el trazado observando la cartografía y la señalética, pero el sendero seleccionado proporciona la visión más completa de la zona mediante un recorrido de longitud y desniveles muy asequibles.
Una de las recomendaciones para el usuario de este sendero es la de utilizar el ferrocarril para llegar al punto de inicio. Si bien esto condiciona los horarios y disminuye la autonomía, el recorrido en tren por el valle del Guadiaro es espectacular, tanto viniendo desde la Bahía de Algeciras como de la comarca de Antequera. La Cañada del Real Tesoro tiene su origen precisamente en la red ferroviaria, a finales del siglo XIX, y de ahí que se le conozca también como Estación de Cortes.
Lo mejor
La Málaga rural y natural muestra aquí uno de sus paisajes mejor conservados, incluso teniendo en cuenta que el Parque Natural Sierra de Grazalema está al otro lado del río y no en estas laderas que miran a poniente. Por supuesto que andurrear por campos de labor, huertas, bosques y sotos fluviales es siempre agradecido, pero visitar la alquería de Siete Pilas es de esas cosas que marcan la diferencia. La disposición del caserío alrededor de una fuente importante, sin calles y con huertecitos o apriscos para ganado separando unas casas de otras es una imagen cuando menos impactante. Y como colofón, la visita a la única ermita escuela que persiste en la función primigenia que diseñó el obispo malagueño Ángel Herrera Oria.
El río Guadiaro
Este caudaloso río genera en el valle tan abierto algunos de sus meandros más espectaculares, cuando lo normal es que su curso sea muy rectilíneo, en dirección sudoeste. La amplia cuenca del Guadiaro, que nace en la Sierra de las Nieves, y las abundantes precipitaciones de la comarca hacen que el caudal de este gigante malagueño se convierta todos los años en una barrera infranqueable. De hecho, en la pasada del Bujeo del Álamo y en la misma Cañada del Real Tesoro había barqueros que pasaban a personas, enseres y ganados de un lado a otro mediante almadias conectadas a un cable.
En la actualidad el río rinde su tributo a la producción de energía en un punto muy cercano al sendero. En la Presa es desviado en parte hacia un canal que tras unos 6 kilómetros de recorrido genera electricidad en la central de las Buitreras, en el núcleo de población de El Colmenar. Y al lado del dique está también el punto de inicio del trasvase Guadiaro Majaceite, un túnel subterráneo que lleva el agua a los embalses que abastecen a las comarcas gaditanas.
La alquería de Siete Pilas
La Fuente de Siete Pilas está situada en el Camino de Cortes a Benalauría, una importante vía de comunicación comarcal entre valles hermanos hasta la construcción de las actuales carreteras. De su origen no se tiene noticia pero sí del nombre antiguo, Pilas de Calabrina o Calabrinca, un descansadero de ganado existente alrededor del manantial y sus abrevaderos. La fuente tuvo originariamente siete pilas, lo que acabó por dar nombre no sólo al chorro sino a todo este diseminado del término municipal de Benalauría. Una moderna remodelación dotó a la fuente de seis pilas más dándole la forma actual.
La abundancia de agua en esta zona de contacto entre los escarpes calizos de la divisoria de los valles del Genal y del Guadiaro y el terreno arcilloso han hecho de estos parajes una zona muy codiciada desde antiguo. Prueba del valor de esta importante zona agrícola y ganadera ha sido la existencia de un alcalde de aguas hasta fechas recientes. También en este factor radica la curiosa forma de los términos municipales de Benadalid, Algatocín o Benalauría que, partiendo del otro lado de las montañas, extienden sus dominios hasta esta vertiente del Guadiaro buscando los nacimientos de la Fuensanta, Salitre, Almargen o Siete Pilas, entre otros.