Itinerario
Entre grandes extensiones de olivares, disfrutaremos de amplias panorámicas de la vega de Antequera y el Valle del río Genil, que cercano a Cuevas Bajas origina por su erosión unas grandes laderas escarpadas, así como unos sotos fluviales, que albergan gran diversidad de aves acuáticas.
Resumen
La Etapa 15 recorre la zona más septentrional de la provincia de Málaga, en el contacto con las fértiles vegas del río Genil. Con la importante ascensión al Cerro de la Cruz, que supone el encuentro de los términos municipales de Villanueva de Algaidas, Cuevas Bajas y Cuevas de San Marcos, el sendero como tal solo recorre los dos primeros. Hay dos tramos en cuanto a su dirección, uno que va hacia el norte aproximadamente hasta la mitad y otro hacia el noroeste. Tanto la distancia como los desniveles son bastante asequibles.
Nada más acorde con el entorno que compartir la etapa con el Camino Mozárabe, puesto que hay una ermita medieval y un convento abandonado en la población de origen por los que comienzan los trazados de los tres Senderos de Gran Recorrido que comparten escenario.
Hay que pasar por el núcleo de población de La Atalaya y luego ascender en busca de los cortijos de Loma Vieja y Loma Nueva hasta la linde de los tres términos, desde donde se empieza a bajar. Siempre por pistas de tierra, esta parte ofrece un impresionante mirador sobre el valle del Genil y pasa por una nueva alquería, El Cedrón, para dirigirse hacia el destino, de nuevo cerca del cauce del río Burriana.
La cárcava excavada en roca sobre la que se asienta Villanueva de Algaidas (Villanueva de los Bosques en una traducción libre) es una verdadera isla en el mar de olivos, un relicto de la vegetación original alentada por las condiciones de umbría. En el cauce, un puente bajomedieval todavía en uso salva el cauce y comunica con La Atalaya.
Las vistas panorámicas sobre tres provincias desde el mirador del Cedrón son espectaculares en días claros, y la visita a las alquerías del Cedrón (de origen judío) y La Moheda (fundada por los andalusíes) ofrece unas bellas estampas de la vida tradicional en estos pequeños núcleos de población que afortunadamente resisten el paso del tiempo.
Lo mejor
La cárcava excavada en la roca sobre la que se asienta Villanueva de Algaidas (Villanueva de los Bosques en una traducción libre) es una verdadera isla en el mar de olivos, un relicto de la vegetación original alentada por las condiciones de umbría. Es tal el atractivo del paraje que en la salida se construyó el Convento de Nuestra Señora de la Consolación de las Algaidas, que fue adjudicada por el primer Duque de Osuna en 1.566 a la Congregación de los Padres Recoletos de San Francisco de Asís. Anexa a las ruinas del convento se encuentra una ermita rupestre mozárabe datada entre los siglos IX y X, con la iglesia compartimentada en tres naves (el baptisterio, la sacristía y la zona de oración) y alguna nave anexa con uso de estancia. Normalmente se pueden visitar sin problemas. En el cauce, un puente bajomedieval todavía en uso salva el cauce y comunica con La Atalaya.
El Cerro de la Cruz, como indica su nombre, es de esos sitios emblemáticos por dar asiento a la unión de tres términos municipales, pero para el viajero quizá sean más espectaculares las vistas panorámicas sobre tres provincias desde el Mirador del Cedrón (en el término de Cuevas Bajas), convenientemente explicadas en un panel alusivo.
Por último, la visita a las alquerías del Cedrón (de origen judío) y La Moheda (fundada por los andalusíes) ofrecen unas bellas estampas de la vida comunal en estos pequeños núcleos de población que afortunadamente resisten el paso del tiempo. La Moheda queda fuera del camino pero tan cerca que merece la pena desviarse un poco y regresar al camino luego.
La coincidencia con el Camino Mozárabe es otro atractivo más añadido a la etapa.