Itinerario
Desde la salida de Benalauría, con sus tonos verdes en primavera y verano, y con toda la gama de ocres y rojos en el otoño, los castaños nos acompañarán en casi todo el recorrido hasta alcanzar Genalguacil, que recostado en una pendiente destaca con su blancura en medio del bosque.
Resumen
Los pueblos del bajo Genal se sitúan a altitudes similares y a ambos lados del río, conectados por viejas sendas que atraviesan los arroyos tributarios y en este caso también el propio cauce principal, por cuyas vegas hay que transitar durante casi cuatro kilómetros para unir los caminos tradicionales que descienden de Benalauría y suben hacia Genalguacil. Hasta el Prado de la Escribana el sentido de la marcha es principalmente sur, pero en el último tramo se debe ascender hacia levante en busca del final de etapa.
El paisaje es totalmente forestal, con diversas especies arbóreas dominantes, en especial alcornoques y pinos resineros en las solanas y en las umbrías quejigos y algunos castañares. El bosque en galería multiespecífico tiene un papel preponderante en el fondo de un valle en "V" muy cerrado, con fuertes pendientes, donde reinan los esquistos y las pizarras.
Aunque proliferan las pistas destinadas a la gestión de estos espacios forestales, el Sendero enlaza sucesivamente tramos de veredas tradicionales que realizan numerosas curvas para suavizar en lo posible los importantes desniveles. Los cruces con los carriles de tierra son bastante frecuentes. Una de las estrellas del día son las pasarelas del Genal, que sortean con infraestructuras metálicas tres espolones rocosos, mientras que una acequia un tanto vertiginosa que cruza otro escarpe se ha provisto de cables de seguridad auxiliares.
Aproximadamente hasta el kilómetro 2.9 es término de Benalauría, un poco antes de llegar al enclave histórico del Arabí. Así se entra en territorio de Algatocín, hasta el Puente de San Juan, puesto que el Genal hace de límite entre este término municipal y el siguiente, que es Jubrique. El trozo entre arroyo Hondo y el arroyo de las Perejilas (km 7.5) es límite entre Jubrique y el cuarto municipio que se recorre hasta el final de la etapa, Genalguacil.
Lo mejor
Recorrer el Valle del Genal es ya motivo suficiente para encarar esta etapa. Primero porque tanto Benalauría como Genalguacil tienen un halo especial dentro de la Comarca de la Serranía de Ronda, por la conservación y potenciación de sus recursos endógenos y por su apuesta por el arte, respectivamente.
Luego están los extensos bosques de quercíneas que ocupan estas laderas empinadas (entre las que se mezclan con frecuencia los pinos resineros) que son sustituidos en los lugares propicios por castañares que difícilmente el profano asimila con cultivos. El listado de especies de matorral mediterráneo, en las caras de solana y umbría, es extensísimo por otra parte.
Pero la estrella del día es el propio Río Genal, que ha ido recuperando vegas, meandros y sotos hasta hacer el valle irreconocible para sus antiguos moradores, que lo habían convertido prácticamente en un alargado polígono industrial donde molineros, hortelanos, ganaderos, curtidores, carboneros, corcheros y arrieros se afanaban diariamente para ganar su sustento. Los restos y ruinas de ese antiguo Genal han ido quedando a los lados del sendero como recordatorio, visibles desde las modernas pasarelas que hoy vuelven a permitir el tránsito.
El trazado lleva también al viajero por caminos tradicionales a lugares emblemáticos desde el punto de vista histórico o etnográfico como El Arabí, Benajamuz, los sucesivos molinos harineros y de aceite o el Prado de la Escribana.