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Gran Senda de Málaga (GR 249). Etapa 29. Casares - Estepona

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Gran Senda de Málaga (GR 249). Etapa 29. Casares - Estepona
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Tipo etapa Lineal
Tipo localización Sierras Litorales
Tipo de firme Aceras, pista de tierra, senderos pistas hormigonadas y carreteras.
Distancia 24200 m.
Tiempo estimado 7:00 h.
Punto de inicio Plaza de España de Casares (C)
Altitud 380 m.
Punto de llegada Rotonda de la Avenida Juan Carlos I de Estepona (N)
Altitud 12 m.
Desnivel neto en metros 3850 m.
Desnivel acumulado de ascenso en metros 1170 m.
Desnivel acumulado de descenso en metros 2680 m.
Dificultad

Azul - Fácil

Severidad del medio natural 2
Orientación en el itinerario 2
Dificultad en el desplazamiento 2
Cantidad de esfuerzo necesario 4
Valoración según método MIDE
Sistema SIDIF

Resumen

Resumen
Descripción
Cómo acceder
Características
Lugares de paso
Senderos que enlazan
Formas de recorrer
  • Características
    Tipo de Tramo Longitud % del total
    Longitud Total 24200
    Tramos de asfalto o cemento 3300 14 %
    Tramos de pista o camino forestal 17200 71 %
    Tramos de senda 3700 15 %
  • Puntos de interés

    Lugares de paso

    En orden del sentido de la marcha
    En orden del sentido de la marcha
    Punto de paso Ref. UTM / altura Distancias parciales
    1 Casares, Calle de la Carrera y Plaza de España 30S

    x=36.4448472936484 y=-5.27319805001093

    0,0 km
    2 Llegada de la Tirolina 30S

    x=36.4420467293502 y=-5.27259201310429

    0,2 km
    3 Fuente y antiguo Convento de Santa Catalina 30S

    x=36.4330677948153 y=-5.27268703107779

    1,4 km
    4 Arroyo de los Molinos y Molino de arriba o Gorrino 30S

    x=36.4278313315456 y=-5.26983520643705

    2,1 km
    5 Mirador de Sierra Bermeja o de Peñas Blancas en la carretera MA-8300 30S

    x=36.44627806994492 y=-5.249064741888204

    6,5 km
    6 Vado de arroyo Vaquero en la Acedía 30S

    x=36.4428892613079 y=-5.24091257360374

    8,2 km
    7 Mirador del Vertedero de Residuos Sólidos 30S

    x=36.4514439830881 y=-5.22108763028962

    11,65 km
    8 Dólmen de Corominas y Los Pedregales 30S

    x=36.4492319611964 y=-5.20915398375683

    13,0 km
    9 Arroyo de la Miel 30S

    x=36.4572683453259 y=-5.19616011443514

    15,3 km
    10 Barranco de las Minas 30S

    x=36.4634905346078 y=-5.18618130948764

    17,0 km
    11 Barranco de Guadalobón 30S

    x=36.4640493216939 y=-5.18273779842888

    18,25 km
    12 Inicio de senda 30S

    x=36.4641634355657 y=-5.17649209461845

    19,0 km
    13 Gran explanada 30S

    x=36.454768633287 y=-5.1751694862366

    20,3 km
    14 Avenida Juan Carlos I Estepona 30S

    x=36.4298506393422 y=-5.15757567048385

    24,2 km
  • Formas de recorrer

    En referencia a la forma de tránsito en las diferentes etapas, recordamos que éstas están dividida en tres categorías (a pie, en bicicleta todo terreno o BTT y a caballo). No obstante, cuando indicamos que se puede realizar a pie, siempre nos referimos al 100 % de la etapa; mientras que, en el caso de la BTT y a caballo, dependerá de las restricciones temporales y las normativas municipales, por lo que tendremos que elegir trazados paralelos o alternativos que nos permitan el tránsito. También recordamos que el uso de la BTT, dependiendo de la etapa o sendero, puede tener lugar por recorridos sobre pavimentos irregulares y con altos desniveles, por lo que pueden entrañar alguna o mucha dificultad técnica.

    • A pie

    Señalización

    Señalización

De interés

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Información medioambiental

Los ríos y el agua
Fauna
  • Los ríos y el agua

    El único manantial habilitado que se conoce en esta etapa está, cómo no, en el contacto entre las dolomías y las arcillas por elcamino que baja de Casares. Se trata de la Fuente de Santa Catalina, un poco escondida a la izquierda en una zona donde un antiguo convento reconvertido en tiempos en cuartel y varias albercas de diferente cronología dan una idea de la importancia de la surgencia. Como curiosidad, y en una práctica muy común en la provincia para evitar la acumulación de algas e insectos, alguien echó algunos peces del cercano río que, acercándose con sigilo, se ven esconderse en la sobaquera por la que mana el agua.

    Los ríos y arroyos que se conocen con la etapa tienen una idiosincrasia propia que les ha hecho ser descritos como una cuenca aparte, la que vierte directamente en el Mediterráneo. Se trata de cursos de agua de cortos recorridos pero sorprendentemente no tan estacionales como cabría de esperar por su longitud y fuerte pendiente. Esto se debe principalmente a las características hidrogeológicas de las peridotitas, esquistos y gneises de Sierra Bermeja. La excepción es el Arroyo de los Molinos, que es una surgencia de naturaleza cárstica y con un caudal muy importante.

    Al Arroyo de los Molinos sale de una estrecha cárcava caliza en las proximidades del Molino de Arriba. Hay altos chopos, cañaverales, zarzas y plantas importantes para la cultura popular como la unciana o los berros. En su devenir siguió propiciando río abajo este tipo de ingenios hidráulicos hasta que, con otros afluentes, se mete en la Garganta de la Sierra de la Utrera para salir como Río Manilva en los famosos Baños de la Hedionda, de carácter sulfuroso. Como se ha dicho, un enlace con un PR da a la Gran Senda la posibilidad de acceder a este sitio recomendable no solo por sus valores naturales sino también históricos y etnológicos.

    Los Arroyos y ríos de Sierra Bermeja.

    Los demás arroyos y ríos responden a la anterior descripción y no suelen ser de naturaleza calcárea por su procedencia, pese a que casi todos atraviesan en algún momento una zona de mármoles. Por el Barranco de La Acedía va el primero que se vadea, Arroyo Vaquero, de cierto caudal hasta poder sustentar poblaciones piscícolas estables. Es este el más meridional de los que están bajo la influencia de Sierra Bermeja, puesto que viene del collado situado entre este Paraje Natural y el de Sierra Crestellina, el conocido Puerto de las Guardas. Aguas arriba de La Acedía, ese hermoso paraje arbolado cuyos huertos y residencias riega el arroyo, recibe en los mapas el nombre de Garganta de los Palos.

    En las cercanías del Vertedero Comarcal hay que vadear un arroyo con un caudal significativo para lo reducido de su cuenca del que sale una toma con una goma para llenar el depósito superior del complejo de gestión de residuos sólidos. La vegetación típica de este tipo de cauces se compone de adelfas y junqueras, siendo muy frecuentes en sus tranquilas pocitas los zapateros y escribanos de agua. Entre este y el siguiente arroyo, de mayor caudal, más encajado y también con su correspondiente desvío de agua (en este caso subterráneo hacia el Parque de Los Pedregales) conforman el Arroyo de Enmedio, que se ve desde los primeros altozanos alejarse en busca del mar.

    Luego se suceden torrenteras que en verano van secas pero en épocas de lluvia se colman de espumosas cascadas blancas debido a la fuerte pendiente y lo rocoso del entorno. Son las cabeceras del Arroyo de la Miel y el de los Polvitos. Los que le siguen ya son de mayor entidad, el Barranco de las Minas y, sobre todo, el Río Guadalobón, del que el anterior es afluente. El caudal del Guadalobón es bastante importante incluso a esta altura, y mantiene una bonita poza a los pies de una gran chorrera a escasos metros del sendero. Abajo, en el valle, se ven algunas ruinas alrededor de los densos retazos de bosque que persisten protegidos por el cauce.

    El vado del Arroyo de la Cala, después de la segunda carretera, descubre al caminante un bonito arroyo entre cañaverales y saos que surge de una pequeña garganta de esquistos, pero no va a ser la primera vez que se cruza este cauce. Al descender, el GR-249 se acerca a dos cursos fluviales cuando se dulcifican sus regímenes hídricos debido a la menor pendiente. Si hay un enclave curioso en el devenir del sendero este es sin duda el estrecho istmo que separa el Valle del Río Padrón del Arroyo de la Cala, una estrecha franja de terreno pizarroso sobre el que transita la pista. A la izquierda, el Padrón se muestra generoso con la utilización de sus aguas para huertos y frutales, algunos de ellos subtropicales debido a lo benigno del clima.

    Este río es de los más importantes de la zona, es rico en peces y la fauna acuática asociada y mantiene una densa arboleda de saos, sauces y tarajes. A veces, en la temporada seca, des- aparece infiltrándose debido a las numerosas acequias que lo drenan para reaparecer más abajo recuperado.

    Pero el protagonista del día es el Arroyo de la Cala al que se va acompañando un largo trecho, teniéndolo que vadear varias veces sin excesiva dificultad. Es relativamente fácil ver barbos y bordallos en sus aguas cuando la profundidad de las pozas y la densa vegetación lo permiten. El nombre del Camino de los Molinos se debe a los sucesivos ingenios hidráulicos que se pueden ver jalonando el camino, algunos restaurados, otros en ruinas e incluso alguno reutilizado como improvisada piscina de una segunda vivienda. Se nombran con números ordinales y se ven secuencialmente desde el quinto al segundo, este en el último vado del Arroyo de la Cala.

    Y como para reivindicar el protagonismo perdido en el final del recorrido, este humilde curso fluvial llega hasta el lugar que le da nombre, la Cala de Estepona, y pone fin a la Etapa en el Paseo Marítimo.

  • Fauna

    Aves

    Casares es un lugar de interés para la observación de aves, tanto sus zonas de sierra como el mismo núcleo urbano, ya que acoge una población reproductora de cernícalo primilla y también varias parejas de buitre leonado en los cortados visibles desde sus miradores. En el arroyo de los Molinos podremos observar aves de ribera y asociadas a cultivos, en un ambiente propio de la comarca del estrecho de Gibraltar, que de nuevo se retomará una vez cruzada la falda sur de sierra Bermeja, aunque esta vez sobre sustrato metamórfico. La gran protagonista de la etapa es la sierra de naturaleza plutónica, que nos ofrece hermosas vistas que incluyen el continente africano. El final de etapa se hace a través del arroyo de La Cala, a través del cual alcanzamos el paseo marítimo de Estepona, donde podremos disfrutar de aves costeras.

    Especies Singulares

    El mismo inicio ya aportará una gran cantidad de aves que, dependiendo de la época del año, incluirá una elevada diversidad y una gran abundancia. En primavera y verano serán los vencejos, golondrinas y aviones comunes los más frecuentes, acompañados de buitre leonado (frecuente en el mismo pueblo), cernícalos vulgar y primilla, tórtola turca, estorninos negro y pinto, grajilla y gorrión común.

    Conforme avanzamos y nos introducimos en el flysch del Aljibe, la presencia de zonas de cultivo junto a acebuches y lentiscos, facilitará la observación de tórtola común, petirrojo, tarabilla común, zorzales común y charlo, mirlo común, currucas capirotada y cabecinegra, papamoscas gris, carbonero común, pinzón vulgar, jilguero, lúgano, verderón común, verdecillo y escribano montesino. En el entorno del arroyo de los Molinos también aparecerán pico picapinos, lavandera blanca y cascadeña, chochín y en ocasiones puede observarse alzacola, al igual que en la zona con cultivos de vid que se cruza en la finca del cortijo del Robledal. Es curioso que en esta zona puedan verse durante la época de cría la curruca tomillera y el bisbita campestre, especies ligadas a altitudes superiores en el resto de la provincia. Desde esta zona hasta que pasemos el poblado de La Acedía se suceden colinas salpicadas de casas en las que predominan alcornoques y zonas de matorral, donde de nuevo destacan las especies forestales ya citadas junto a aquellas de espacios abiertos; pico picapinos, abejaruco, abubilla, arrendajo, curruca capirotada, carbonero común y pinzón vulgar acompañan a cogujada común, tarabilla y curruca cabecinegra.

    Una vez en el mirador de Peñas Blancas podemos disfrutar de una amplia vista de sierra Bermeja, siendo un buen momento para buscar en el cielo aves rapaces. Desde aquí podremos observar buitre leonado, águilas culebrera y calzada, ratonero común, gavilán, cernícalo vulgar y, con un poco de suerte, águila real. Durante las épocas de paso de aves también podremos observar milano negro y abejero europeo.

    A continuación viene el arroyo Vaquero, a través del cual entramos en la sierra, y siguiendo su curso, en el leve ascenso entre pinos y alcornoques, podremos ver tórtola común, torcecuello, petirrojo, mirlo común, zorzal charlo, currucas capirotada y cabecinegra, oropéndola, trepador azul, agateador común, verderón, verdecillo, jilguero y pardillo, con gorriones y estorninos en el entorno de las casas. La subida nos conduce a una explanada desde la cual se divisa un tramo de sierra por recorrer y también el vertedero de residuos urbanos, que puede provocar la concentración de miles de aves. Las mayoritarias son las gaviotas (patiamarilla, sombría y reidora), aunque también aparecen garcillas bueyeras, buitre leonado y, durante los periodos de migración, milano negro y cigüeña blanca en cifras altas.

    En plena falda de sierra Bermeja pisamos un suelo muy suelto que exige cuidado en nuestros pasos, ya que hay numerosas piedras que, a veces, ponen a prueba los tobillos. Es patente la historia de incendios de la sierra, dada la escasez y dispersión de pinos resineros, aunque se cruza un bosquete que supone una isla antes del barranco del Infierno. En esta zona predominan cogujadas, tarabilla común, colirrojo tizón y curruca cabecinegra, junto a fringílidos como el jilguero, pardillo y verderón común, aunque conviene estar atento al cielo porque podremos ver algunas de las rapaces mencionadas anteriormente, junto al trasiego de gaviotas vinculado al vertedero. Además podremos observar collalba negra, roquero solitario y con suerte, veremos u oiremos al búho real.

    Ya en las cercanías del río Guadalobón aumenta la abundancia de aves que acuden al mismo en busca de agua, efecto que es especialmente marcado durante los meses de verano. Una vez dejamos atrás la piedra suelta, y salimos a la carretera que une Estepona con Los Reales de sierra Bermeja, aún quedan 10 kilómetros para llegar a nuestro destino. Entramos ahora en la cuenca del arroyo de La Cala, donde de nuevo aparecen alcornoques y jaras, y hacen acto de presencia zonas habitadas con presencia de huertas. Aquí tenemos de nuevo una comunidad de aves formada por especies forestales acompañadas de otras acostumbradas a la presencia humana, que ya se han mencionado anteriormente. Lavanderas cascadeñas y carriceros comunes, que nidifican en las formaciones de cañavera, nos recuerdan que andamos muy cerca del cauce, y no será raro que observemos alguna águila calzada, ratonero, gavilán o cernícalo antes de acercarnos al núcleo de Estepona. Al igual que en otros casos, tendremos el aviso de tórtolas turcas, estorninos y gorriones de que nos aproximamos a un núcleo urbano. Ya en el paseo marítimo de Estepona tendremos ocasión de observar especies marinas y costeras, que se detallan en el texto dedicado a la etapa 30 (Estepona – Marbella).

    Si desea más información sobre esta etapa (localización, fenología o valores naturales), pinche aquí.