Itinerario
Desde las doradas playas de Marbella, y ascendiendo hacia Ojén por los pinares de Nagüeles en Sierra Blanca,
la senda, con continuas subidas y bajadas, bordea toda la falda del majestuoso Pico de La Concha desde donde divisaremos incluso el Peñón de Gibraltar.
Resumen
La etapa comienza prácticamente al nivel del mar, atraviesa Marbella en dirección noroeste hasta el Pinar de Nagüeles y luego recorre la falda sur de Sierra Blanca con dirección nordeste predominante. Por tanto, va cortando progresivamente los barrancos y arroyos que descienden desde la enorme montaña caliza hacia el mar, entre los cuales se suceden puertos de montaña de mayor o menor entidad. Algo más de la mitad del recorrido transcurre por el término municipal de Marbella, prácticamente hace de linde de municipios entre los kilómetros 8.5 y 10.5 y ya con dirección norte desde las minas del Peñoncillo es terreno de Ojén.
Los desniveles son importantes, sobre todo en los ascensos, pero suelen realizarse en cortos tramos. La parte principal del recorrido utiliza siempre veredas tradicionales, con numerosos enlaces en la zona marbellí a una intrincada red de rutas municipales. En la parte final sólo existe una senda, de andancia algo más técnica y dando vista a la derecha a la carretera A-355.
Sierra Blanca es un conjunto de sierras de gran significación para los costasoleños, de modo que hay bastantes alternativas para subir a sus picos más altos o regresar al nivel del mar. El fuerte contraste entre la vorágine urbanística y turística de Marbella y las soledades de estas montañas puede ser uno de los valores más significativos de la Etapa 31. Y esto se puede admirar desde numerosos altozanos y puertos de montaña que permiten amplias panorámicas sobre la bahía de Marbella y el Mar de Alborán, con las grises cresterías a la espalda.
Los puntos de destino y finalización no pueden ser más distintos estando tan solo a 8 kilómetros por carretera, desde la cosmopolita y exclusiva Marbella al acogedor ambiente rural del pueblo blanco de Ojén. Este municipio fue uno de los más afectados por el pavoroso incendio ocurrido en el verano del año 2012 en el que se calcinaron más de 8.000 hectáreas. La última parte del recorrido se realiza por las zonas quemadas a poniente de la carretera, con lo que se pueden apreciar los progresos en la recuperación natural de la vegetación autóctona.
Lo mejor
Sierra Blanca es un conjunto de montañas muy especial, de gran significación para los marbellíes y costasoleños. Hasta tal punto es así que la puesta en valor de los numerosos senderos que la recorren, su señalización y acondicionamiento han corrido a cargo en primera instancia de la asociación local Mujeres en las Veredes, empeñada en recuperarlos o en despejar las dudas sobre la historia de sus lugares, como Cilniana.. El usuario del GR-249 podrá disfrutar del entorno que se recorre gracias también al trabajo voluntario de estas personas, sobre el que ha abundado la Diputación Provincial de Málaga. La Red de Senderos de Sierra Blanca constituye así el primer aliciente para el senderista, aportando bastantes alternativas para subir a sus picos más altos o regresar al nivel del mar.
Sin embargo, el fuerte contraste entre la vorágine urbanística y turística de Marbella y las soledades de estas montañas puede ser uno de los valores más signifi cativos de la Etapa 31. Y esto se puede admirar desde numerosos altozanos y puertos de montaña que permiten amplias panorámicas sobre la Bahía de Marbella y el Mediterráneo en general, con las grises cresterías a la espalda.
Los puntos de inicio y finalización no pueden ser más distintos, pues es bien grande la distancia entre la cosmopolita y exclusiva Marbella y el acogedor ambiente rural del pueblo blanco de Ojén, separados no obstante por apenas 8 kilómetros. Este pueblo fue uno de los escenarios más afectados por el pavoroso incendio ocurrido en el verano del año 2.012 en el que se calcinaron más de 8.000 hectáreas. La última parte del recorrido se realiza por las zonas quemadas a poniente de la carretera, con lo que se pueden apreciar los progresos en la recuperación natural de la vegetación autóctona.