Itinerario
Este tramo, con una vegetación de pinos, tomillo, romero y palmitos, nos llevará a través del Monte Calamorro, desde la vertiente sur de la Sierra de Mijas orientada al Mediterráneo, hacia su cara norte situada hacia el Valle del Guadalhorce.
Resumen
El recorrido propuesto dibuja dos quiebros sobre la sierra de Mijas, ascendiendo primero hacia el norte desde la población de Benalmádena por la garganta del Tajod el Quejigal y compartiendo trazado con la etapa anterior. Luego se dedica a unir los sucesivos puertos que jalonan la línea de cumbres que separan los pueblos del interior de los del litoral, un camino tradicional de comunicación siguiendo la dirección sudoeste nordeste. Por último, desciende hacia Alhaurín de la Torre por otro barranco, el del arroyo de Zambrano, tirando hacia el norte de nuevo.
El comienzo es enteramente por territorio de Benalmádena hasta el kilómetro 5.5 en el puerto Viejo, donde converge con el término municipal de Alhaurín de la Torre. La divisoria de aguas es la linde entre este pueblo y Benalmádena durante 300 metros y luego con Torremolinos hasta el puerto del Canuto (km 9.5), a partir del cual se entra en Alhaurín de la Torre.
El recorrido es bastante asequible para ser de media montaña por utilizar las antiguas veredas de arrieros, carboneros y gentes del campo, que suavizan mediante un buen diseño el acceso a las partes altas y las importantes pendientes. Las máximas elevaciones de todo el camino están en las inmediaciones de un baluarte señero en la Costa del Sol, el cerro Calamorro, al que llega el teleférico de Benalmádena.
El sendero, por otra parte, pasa por zonas rocosas, bancos de arenas dolomíticas, bosques de pinos y encinas y mesetas de matorral de aromáticas, utilizando pistas a veces pero mayoritariamente sendas muy bien conservadas.
Uno de los atractivos de la Etapa son las sucesivas y espectaculares panorámicas hacia todas las vertientes del extremo oriental de esta emblemática sierra malagueña. Los puertos marcan la linde entre municipios porque para todos ellos la sierra es una importante parte del patrimonio forestal y turístico, sobre todo en lo tocante a los recursos hidráulicos y las actividades mineras, con su evidente impacto.
Lo mejor
En la llana comarca del Valle del Guadalhorce y la parte correspondiente a la Costa del Sol donde se sitúa la capital de la provincia, la Sierra de Mijas en sentido amplio representa las mayores elevaciones de las cercanías, las primeras montañas de verdad. Los ojos de las sociedades cercanas han tenido que estar puestos en ella desde el principio de los tiempos, como es obvio.
Ha sido refugio pero también fuente de recursos forestales y mineros y, cómo no, la esponja que dosifica el agua de manantial para el consumo humano.
Es lógico, por tanto, que cada uno de los pueblos que rodean la mole calcárea hayan querido su porción en el reparto del terreno serrano. Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre por el norte llegan hasta las líneas de cumbre ocupando las laderas septentrionales y haciendo un uso muy distinto de su parte. Hoy día es el segundo el que mantiene la actividad minera con las canteras de áridos para la construcción, enormes cicatrices abiertas (que la etapa permite conocer desde las alturas) para sacar áridos cuyo destino es fácil de constatar tan solo mirando a las vastas extensiones urbanizadas por doquier.
Mijas tiene la solana del extremo sudoeste mientras que varios pueblos se reparten la porción de levante, la más rica en surgencias y que la etapa se encarga de dar a conocer. Málaga, Torremolinos y Benalmádena entran así en la partición llegando, como siempre, a la divisoria de cuencas hidrográficas superior. Aunque hay controversia sobre el nombre genérico de la sierra, por esta multiplicidad de propietarios, la Sierra de Mijas mantiene sus propias señas de identidad muy claras, definiendo sus límites quizá con mayor exactitud que cualquier otra elevación montañosa malagueña. Con este recorrido se pueden apreciar todos estos usos y cómo cada pueblo ha visto recursos diferentes en la montaña, centrados a veces en los recursos forestales, otras en el senderismo o en los alojamientos turísticos rurales o, en fi n, en las infraestructuras de ocio relacionadas con el modelo de sol y playa.
La Etapa 34 recorre esta porción distal de la sierra, la más alejada del núcleo central de cumbres elevadas, pero no por ello menos agreste. Está presente aquí una gran diversidad de rocas calcáreas caracterizada por numerosos escarpes que confi eren heterogeneidad al paisaje y a las especies vegetales que la pueblan. Estos valores naturales, la excelente red de senderos complementarios al GR-249 y las magníficas vistas sobre las llanuras que rodean la sierra son los principales valedores del recorrido propuesto.