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Gran Senda de la Sierra de las Nieves (GR 243). Etapa 02. El Burgo - Yunquera

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Gran Senda de la Sierra de las Nieves (GR 243). Etapa 02. El Burgo - Yunquera
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Tipo etapa Lineal
Tipo localización Sierras Interiores
Tipo de firme 53% de carriles y pistas y 47% senderos
Distancia 23300 m.
Tiempo estimado 8:00 h.
Punto de inicio Bajo puente nuevo sobre el río Turón, El Burgo
Punto de llegada Área recreativa Los Arbolitos, Yunquera
Desnivel neto en metros 3082 m.
Desnivel acumulado de ascenso en metros 1632 m.
Desnivel acumulado de descenso en metros 1450 m.
Dificultad

Azul - Fácil

Severidad del medio natural 2
Orientación en el itinerario 2
Dificultad en el desplazamiento 1
Cantidad de esfuerzo necesario 4
Valoración según método MIDE
Sistema SIDIF

Resumen

Resumen
Descripción
Cómo acceder
Características
Lugares de paso
Senderos que enlazan
Formas de recorrer
  • Características
    Tipo de Tramo Longitud % del total
    Longitud Total 23300
    Tramos de pista o camino forestal 12349 53 %
    Tramos de senda 10951 47 %
  • Puntos de interés

    Lugares de paso

    En orden del sentido de la marcha
    En orden del sentido de la marcha
    Punto de paso Ref. UTM / altura Distancias parciales
    1 Puerto de la Mujer. Etapa 2. El Burgo - Yunquera. GR-243 Sierra de las Nieves 30S

    x=36.7636283276669 y=-4.99592419758899 z=869

    5,9 km
    2 Área Recreativa de los Sauces. Etapa 2. El Burgo - Yunquera. GR-243 Sierra de las Nieves 30S

    x=36.7472249096071 y=-4.9802446248522525 z=854

    10,0 km
    3 Puerto del Saucillo. Etapa 2. El Burgo - Yunquera. GR-243 Sierra de las Nieves 30S

    x=36.72207212693102 y=-4.965367794075127 z=1207

    16,0 km
    4 Llegada a Yunquera. Etapa 2. El Burgo - Yunquera. GR-243 Sierra de las Nieves 30S

    x=36.7350480649097 y=-4.92866559616099 z=731

    23,3 km
    5 Salida de El Burgo. Etapa 2. El Burgo - Yunquera. GR-243 Sierra de las Nieves 30S

    x=36.788340563701 y=-4.94932035281943 z=551

    0,0 km
  • Formas de recorrer

    En referencia a la forma de tránsito en las diferentes etapas, recordamos que éstas están dividida en tres categorías (a pie, en bicicleta todo terreno o BTT y a caballo). No obstante, cuando indicamos que se puede realizar a pie, siempre nos referimos al 100 % de la etapa; mientras que, en el caso de la BTT y a caballo, dependerá de las restricciones temporales y las normativas municipales, por lo que tendremos que elegir trazados paralelos o alternativos que nos permitan el tránsito. También recordamos que el uso de la BTT, dependiendo de la etapa o sendero, puede tener lugar por recorridos sobre pavimentos irregulares y con altos desniveles, por lo que pueden entrañar alguna o mucha dificultad técnica.

    • A pie

    Señalización

    Señalización

De interés

Cartografía
Municipios
Recorrido
Consejos
  • Cartografía

    Tipo de Cartográfica:  Raster.

    Escala: 1:25.000.

    Hojas:  Esta etapa transcurre en las hojas 1051-II. 1051 IV.. 

    Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (Junta de Andalucía).

     

  • Municipios

    El Burgo

    Dónde comer

    Pinche aquí.

    Dónde dormir

    Pinche aquí.

    Yunquera

    Dónde comer

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    Dónde dormir

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Información medioambiental

Entorno natural
Los ríos y el agua
Parque natural
Flora
Fauna
  • Entorno natural

    La segunda etapa del GR-243 nos mostrará lo más granado, desde el punto de vista forestal del Parque Nacional Sierra de las Nieves. El primer tramo discurre por el interfluvio del río Turón y su afluente, el arroyo de la Fuensanta. Ambos cursos fluviales albergan una interesante población de cangrejos de río (Austropotamobius pallipes) que, curiosamente, conviven con el introducido cangrejo rojo americano. Quizás, la presencia de una notable población de nutrias, cuya base alimenticia se sustenta en estos crustáceos, sea responsable de la convivencia de ambas especies.

    No obstante, la administración ambiental andaluza ha diseñado unos pequeños diques en el arroyo de la Fuensanta que impide, en gran medida, el contacto entre las principales poblaciones de ambas especies. Los autóctonos prefieren las cabeceras y el alóctono los tramos intermedios, aunque existen tramos comunes donde conviven. El rojo americano es un insaciable devorador que además contagia a nuestro cangrejo una enfermedad llamada afanamicosis.

    Volviendo a la nutria (Lutra lutra), cuyas poblaciones han tenido un gran auge en los últimos años, hemos de decir que es un mamífero carnívoro de cuerpo estilizado y patas cortas, con una gran cola musculosa. Sus dedos están unidos por membranas, lo que le viene de maravilla para moverse en el medio acuático. Sus ojos están capacitados para la visión subacuática. Además de poseer una eficaz dentadura, se ayudan para la caza de un gran oído y olfato. Se alimentan de peces, ratas de agua, reptiles, los referidos cangrejos y anfibios. Son animales territoriales. Cada ejemplar opera en un tramo de río de unos diez kilómetros. La presencia de la nutria en los cursos fluviales malagueños es un bioindicador de la idoneidad de los mismos para la especie.

    Los terrenos que recorremos están constituidos por margocalizas ocupadas por un extenso pinar, a cuya sombra prolifera un incipiente encinar. Precisamente, el pino carrasco (Pinus halepensis) es uno de los protagonistas arbóreos del primer tramo de la etapa. Su tronco sinuoso destaca por albergar ramas cuajadas de numerosas piñas secas de años pasados. Las acículas están insertas en grupo de dos. Se adapta a todo tipo de terrenos y tolera perfectamente el clima mediterráneo, aguantando muy bien los ciclos de sequía. Por ese motivo, se ha utilizado frecuentemente en repoblaciones forestales, sobre todo a baja altitud.

    El puerto de la Mujer, a 874 m de altitud, nos asomará a una importante porción del fragoso monte Sierra de El Burgo, cuyo titular es la Comunidad Autónoma Andalucía. De aquí se desciende a la pista forestal de la Fuensanta y se sube al área recreativa y de acampada de Los Sauces. En adelante tendremos que recorrer y trasponer varias de las cañadas de la cabecera del arroyo de la Fuensanta, entre ellas la de la Encina, la de la Cuesta de los Hornillos y la de las Bañas, hasta donde llegan algunos rodales de pinsapar bien conservados.

    A veces tendremos que cruzar o caminar por las trazas de los cortafuegos, tan necesarios para una eficiente gestión del patrimonio forestal. En algún momento, la senda se asoma al viso que nos descubre el alto valle del río Turón con sus diques y los contrafuertes cortados a pico de la otra margen. En lo más alto de uno de estos riscales se aprecia la barandilla y la escultura del mirador del Guarda Forestal, declarado por su singularidad geológica como Monumento Natural de Andalucía. En estos pinares de repoblación, donde unos desvencijados bancales cubiertos de maltrechos olivos delatan antiguos usos agropecuarios, prolifera una gran cantidad y variedad de orquídeas, sobre todo en los primeros momentos de la primavera.

    Otra especie frecuente aquí y casi inexistente en otras áreas del Parque Nacional, es la albaida (Anthyllis citisoides). Entre las aves se hace notar el ruidoso arrendajo (Garrulus glandarius), un córvido de color marrón y negro con franjas turquesas en las alas. Destaca por su negra bigotera y grueso pico. Come casi de todo: frutos de los árboles, bayas, granos, insectos e incluso polluelos de otras aves. Podríamos decir que el arrendajo es el chivato de bosque, pues avisa de cualquier peligro con su canto hosco y reiterado. Igualmente es un buen aliado del bosque, ya que suele enterrar bellotas en los claros del bosque.

    Toca descender al lecho de la cañada de la Encina, encajada entre el Monte Alhucemar y la cuerda que se extiende al este entre los cerros de la Cruz y de las Camaretas. El pino crece con fuerza donde antaño, como bien indica el topónimo, moró al encinar; no obstante, los Quercus se recuperan lentamente. En nuestro avance iremos descubriendo las oquedades, algunas alambradas, pertenecientes al conjunto minero de San Eulogio.

    La presencia de algunas fuentes, como la de Cueva del Agua y la Chaparrera, es bien aprovechada por el sapo común (Bufo spinosus), anuro de gran tamaño, hechuras toscas y ojos prominentes. El aspecto de su piel es estriado y con abundantes verrugas. Solo acuden al agua para reproducirse, pudiendo recorrer para ello varios kilómetros. La hembra puede poner hasta ocho mil huevos. Se alimenta principalmente de otros anfibios, anélidos, caracoles y artrópodos. Entre sus estrategias de defensa ante los depredadores figura la de aumentar el tamaño de su cuerpo al contener el aire y segrega una sustancia tóxica por la piel y sobre todo sus glándulas parótidas. Sus poblaciones se han visto mermadas debido a los impactos en su hábitat.

    El pinsapo, rey de la foresta andaluza, se erige en protagonista del tramo más elevado del recorrido. Hay que señalar el acierto en las políticas forestales, pues de no haberse llevado a cabo las repoblaciones de pinos en los años 60 del pasado siglo, no habría tomado el relevo el abeto andaluz.

    La estrella de la foresta andaluza, el pinsapo, tiene su origen en el Plioceno, último periodo de la era Cenozoica, hace unos 5 millones de años. Se establece en nuestro territorio huyendo de la glaciación del Cuaternario que cubre el centro y norte de Europa. Se halla emparentado con otros abetos circunmediterráneos, con quienes comparte un origen común. El Abies pinsapo Boiss es un endemismo exclusivo de la Serranía de Ronda ya que su pariente de la cordillera del Rif, el Abies marocana, es considerado por la comunidad científica como un taxón diferente a pesar de la contrastada apariencia de ambas especies. Fuera de su área natural de crecimiento, hallamos algunos rodales, fruto de repoblaciones, en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (Málaga), en el Parque Natural Sierra de Huétor (Granada), en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama (Segovia) y en la Sierra de Santa Cruz (Zaragoza). En la Península Ibérica hallamos igualmente el abeto blanco (Abies alba), circunscrito al área de Pirineos.

    En el Parque Nacional Sierra de las Nieves se halla el 85% de las masas de pinsapar, ocupando una extensión aproximada de 3500 hectáreas repartidas, básicamente, entre los montes de Yunquera, Ronda, Parauta, Tolox y El Burgo. Nuestro abeto no tiene una preferencia edáfica especial, ya que lo vemos prosperar en calizas, peridotitas y suelos silíceos. Se desarrolla entre los 1000-1800 metros de altitud, normalmente en cañadas orientadas al norte y con pluviometría superior a los 1000 mm. Soporta muy bien la sequía estival. Presenta la característica forma cónica de los abetos, aunque con la edad, debido a la pérdida de ramas y a las afecciones de los ácaros, tienden a engrosar o adoptar la figura de candelabro. Algunos ejemplares casi alcanzan los 30 metros de altura.

    El pinsapo vive coligado a un singular séquito florístico representado por especies como la adelfilla (Daphne laureola var. latifolia), la alhucema (Lavandula lanata), la peonía (Paeonia broteroi y P. coriacea), el eléboro (Helleborus foetidus), la Rubia peregrina, la escasa Atropa baetica o el gavo (Ononis reuteri). En los pastizales del límite del pinsapar abunda el rosal silvestre (Rosa micrantha), el espino majoleto (Crataegus monogyna), la zarzamora (Rubus ulmifolius) y ejemplares aislados de endrino (Prunus spinosa).

    Una vez en la pista de la Cueva del Agua, donde existió un vivero de pinsapos y otros árboles hasta tiempos no muy lejanos, no dejaremos de ascender hasta alcanzar el punto más elevado del GR-243 en el puerto del Pilón de las Tres Puertas, a 1.274 m de altitud. El posterior descenso hasta el puerto del Saucillo se realiza a través de un cerrado pinsapar donde descuella un ejemplar conocido como pinsapo Candelabro reconocido como Árbol Singular de Andalucía. El cercano mirador del Saucillo nos abrirá una amplia panorámica al valle del Guadalhorce y a varios espacios naturales protegidos como el Torcal de Antequera, las sierras Tejeda y Almijara o la extensa Sierra Nevada. Desde el mirador y aparcamiento siempre caminaremos por la amplia pista forestal, ganando de nuevo terreno el pinar y hallando un mosaico de manchas forestales y cultivos diversos.

    Hasta llegar a Yunquera se camina entre un dosel vegetal variado, donde destacan los cultivos de castaños y cerezos. Casi finalizando la etapa, son los olivares y los viñedos quienes toman el relevo.

    Ecosistemas y Paisajes destacables

    Pinsapar. Matorral mediterráneo. Pinar. Valle del Río Turón. Formaciones calizas.

    Relieve montañoso. Olivares de cultivo en el primer tramo y pinares de repoblación en una gran parte del trayecto. Grandes masas de pinsapos, en el interior el Parque Natural Sierra de las Nieves. También zonas de castaños, viñas y retazos de encinares.

    Recomendaciones

    Un tramo de esta etapa discurre por zona de máxima protección ambiental del Parque Natural Sierra de las Nieves, por lo que se recomienda la solicitud de permiso a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Muy importante respetar la propiedad privada.

  • Los ríos y el agua

    La franja más occidental del Parque Nacional se ve favorecida por el fenómeno de las nieblas. Se producen tanto por inversión térmica como por condensación. Resulta todo un espectáculo ver a estas masas nubosas aferrarse a los valles u observarlas avanzar lentamente, movidas por masas de aire caliente, contorneando las cumbres en típicas formaciones de cascadas. La lluvia horizontal o criptoprecipitación aporta un buen número de litros de agua, frescor y humedad, sobre todo en los meses secos del estío.

    Según los datos registrados se puede afirmar que la precipitación media del Parque Nacional es de 820 mm, aunque esta tendencia baja conforme nos dirigimos hacia el este y descendemos de altura. La temperatura es la propia de la región mediterránea, con inviernos suaves y veranos calurosos. La media es de 17o, aunque las variables son muy marcadas en función del gradiente altitudinal y la orientación. En los meses del estío, en la orla del Parque Nacional, donde se ubican las poblaciones de Sierra de las Nieves, se llegan a alcanzar tem- peraturas próximas a los 40o. La estación meteorológica situada en la meseta de Quejigales ha registrado mínimas invernales de hasta -20 grados (bajo cero).

    En la orla de los contactos litológicos se producen brechas por donde manan las aguas de estos acuíferos. Así, en Sierra de las Nieves se originan importantes cursos fluviales como Río Grande, de la cuenca del Guadalhorce, el cual brota a modo de surgencia vauclusiana. La cueva de Zarzalones, por donde fluctúa el Grande, posee el sifón más profundo de Andalucía y cuarto de España. El prestigioso programa “Al filo de lo Imposible”, de Televisión Española, le dedico dos capítulos. Río Grande recibe por el este al río Alfaguara o de los Horcajos, articulado a través de los aportes que vierten a la abismal cañada de las Carnicerías.

    Fuera del ámbito del Parque Nacional, pero en la zona periférica de protección, hallamos el nacimiento del río Genal (Igualeja), principal afluente del Guadiaro, íntimamente ligado al acuífero de la unidad Yunquera-Nieves. La belleza del entorno y el valor geológico fueron resortes para su declaración como Monumento Natural de Andalucía. Río Verde, por su parte, colecta los manaderos que drenan al sur de la sierra de Tolox, conformando una cuenca encajada entre la referida sierra de Tolox, Sierra Real y el Monte Albornoque. Sus aguas son represadas en el embalse de la Concepción para saciar la sed de la Costa del Sol Occidental. El otro curso fluvial de interés es el Guadalevín, alimentado por los manantiales del acuífero del Oreganal. A su paso por Ronda ha labrado y aún lo hace, el imponente Tajo. Al unirse al Guadalcobacín, con cabecera en la unidad de los Merinos, da vida al río Guadiaro, el más importante en cuanto a caudal de la provincia de Málaga.

  • Parque natural

    Un momento largamente esperado acontece el 28 de julio de 1989, cuando la Junta de Andalucía declara el Parque Natural Sierra de las Nieves. En la actualidad cuenta con 20.132 ha de territorio protegido. En 1995, la Sierra de las Nieves y su ámbito más próximo es reconocido como Reserva Mundial de la Biosfera Sierra de las Nieves, la cual se integra en 2006 en la Reserva Mundial de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, que engloba a los espacios más significativos del occidente de Málaga, oriente de Cádiz y norte de la cordillera del Rif, en Marruecos.

    Tras la aprobación en 1992 de la Directiva Hábitats, Sierra de las Nieves se integra en la Red Natura 2000, que engloba áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea. En el seno de esta red, Sierra de las Nieves fue refrendada en 2012 como Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Igualmente, participan del territorio protegido las ZEPA y LIC: Sierras Bermeja y Real, Sierra Blanquilla, Sierra Blanca, Valle del Río Genal y Sierras de Alcaparaín y Aguas.
    El último reconocimiento a los inmensos valores naturales de este territorio se produce en 2021 con la declaración del Parque Nacional Sierra de las Nieves, el cual se extiende por una superficie de 22.979 ha. Se da la circunstancia de existen zonas del parque natural que no son parque nacional y, al contrario, áreas del parque nacional que no son parque natural; aunque ambas están englobadas en la Reserva de la Biosfera y en la Zona Periférica de Protección.

  • Flora

    En el conjunto montañoso de la Serranía de Ronda en general y en Sierra de las Nieves de manera particular, encontramos representación de lo más selecto de la flora mediterránea y un buen ramillete de plantas exclusivas entre los que destacan los curiosos endemismos serpentinícolas. La vegetación potencial va íntimamente ligada a los diferentes pisos bioclimáticos constatados: termomediterráneo (0-600 m), mesomediterráneo (600-1200 m), supramediterráneo (1000-1600 m) y oromediterráneo (1600-2000 m). Igualmente, las comunidades vegetales variarán en función de las distintas litologías. Este cúmulo de circunstancias refrendan la potencialidad botánica del territorio, considerado como Punto Caliente según el mapa de biodiversidad elaborado por la organización medioambiental norteamericana “Conservación Internacional”.

    EL PINSAPO

    La estrella de la foresta andaluza, el pinsapo, tiene su origen en el Plioceno, último periodo de la era Cenozoica, hace unos 5 millones de años. Se establece en nuestro territorio huyendo de la glaciación del Cuaternario que cubre el centro y norte de Europa. Se halla emparentado con otros abetos circunmediterráneos, con quienes comparte un origen común. El Abies pinsapo Boiss es un endemismo exclusivo de la Serranía de Ronda, ya que su pariente de la cordillera del Rif, el Abies marocana, es considerado por la comunidad científica como un taxón diferente a pesar de la contrastada apariencia de ambas especies. Fuera de su área natural de crecimiento, hallamos algunos rodales, fruto de repoblaciones, en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (Málaga), en el Parque Natural Sierra de Huétor (Granada), en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama (Segovia) y en la Sierra de Santa Cruz (Zaragoza). En la Península Ibérica crece igualmente el abeto blanco (Abies alba), circunscrito al área de Pirineos.

    En el Parque Nacional Sierra de las Nieves se halla el 85% de las masas de pinsapar, ocupando una extensión aproximada de 3.500 ha repartidas, básicamente, entre los montes de Yunquera, Ronda, Parauta, Tolox y El Burgo. Nuestro abeto no tiene una preferencia edáfica especial, ya que lo vemos prosperar en calizas, peridotitas y suelos silíceos. Se desarrolla entre los 1.000-1.800 metros de altitud, normalmente en cañadas orientadas al norte y con pluviometría superior a los 1.000 mm. Soporta muy bien la sequía estival. Presenta la característica forma cónica de los abetos, aunque con la edad, debido a la pérdida de ramas y a las afecciones de los ácaros, tienden a engrosar o adoptar la figura de candelabro. Algunos ejemplares casi alcanzan los 30 metros de altura.

    Con el fin de evitar la autofecundación, las flores masculinas se disponen en las ramas medias y bajas; en tanto, el cono femenino siempre ocupa la copa del árbol. Los piñones son pequeñitos y tienen una alita trasera que les ayuda a propagarse por el territorio. Cuando el hábitat es propicio crece de manera monoespecífica, aunque en otros ambientes es frecuente hallarlo en bosques mixtos de pinos y quercíneas e, incluso con el introducido Cedrus atlantica, serie vegetal que se produce en Marruecos con el abeto del Rif. Los llamados “pinsapos glaucos” presentan las acículas con una coloración azulada que los hace especialmente fotogénicos al distribuirse mezclados de manera muy dispersa con sus congéneres.

    El pinsapo vive coligado a un singular séquito florístico representado por especies como la adelfilla (Daphne laureola var. latifolia), la alhucema (Lavandula lanata), la peonía (Paeonia broteroi y P. coriacea), el eléboro (Helleborus foetidus), la Rubia peregrina, la escasa Atropa baetica o el gavo (Ononis reuteri). En los pastizales del límite del pinsapar abunda el rosal silvestre (Rosa micrantha), el espino majoleto (Crataegus monogyna), la zarzamora (Rubus ulmifolius) y ejemplares aislados de endrino (Prunus spinosa).

    LOS HONGOS

    La variedad fúngica de Sierra de las Nieves deviene de las distintas formaciones vegetales presentes en el ámbito de la Reserva de la Biosfera. En bosques de quercíneas hallamos la carbonera (Russula cyanoxantha), la amanita panterina, el pie azul (Lepista nuda), la yema de huevo (Amanita caesarea), la chantarela (Cantharellus subpruinosus), el parasol (Macrolepiota procera) y los boletus aestivalis, edulis y aereus. En el pinar reina el famoso níscalo (Lactarius deliciosus) y el boleto baboso (Suillus bellinii). La seta más buscada y apreciada desde el punto de vista culinario es la de cardo (Pleurotus eryngii), la cual crece en zonas de pastizal.

    En este ecosistema también prospera el champiñón (Agaricus campestris) y la barbuda (Coprinus comatus).
    Es en el pinsapar donde hallamos las especies raras y em- blemáticas del Parque Nacional. Entre los más interesantes señalaremos la cagarria (Morchella esculenta y conica), muy codiciada por los micófagos. Menos conocidos son Geastrum triplex, Antrodia xantha, Aleuria aurantia, Pluteus pouzarianus, Otidea leporina, Entoloma byssisedum, Ramaria stricta o la escasa Caloscypha fulgens. El hongo Heterobasidion annosum, por su parte, es el causante de una importante mortandad de pinsapos al afectar a la raíz por podredumbre.

    LAS ORQUÍDEAS

    Estas plantas, entre las más bellas que podamos encontrar gracias a sus vivos colores y aspecto, pasan casi desapercibidas debido a su tamaño pequeño. Las más, para asegurarse la polinización, adoptan las curiosas formas de los insectos. En Sierra de las Nieves crecen desde las más escasas o difíciles de encontrar como Ophrys atlantica, orchis cazorlensis, Cephalantera rubra, Serapias parviflora o Anacamptis pyramidalis, hasta las más comunes, entre ellas Barlia robertiana y las Ophrys lutea, scolopax, speculum y tenthredinifera. Son habituales en el pinsapar Aceras anthropophorum, Himanthoglossum hircinum y Orchis olbiensis. En el castañar crece la preciosa Cephalantera longifolia, en tanto, en bosques frondosos de quercíneas afloran Epitactis tremolsii, Limodorum trabutianum, Orchis champagneuxii e italica, Androrchis langei, Neotinea maculata y conica, y Dactylorhiza insularis y elata, esta última en lugares húmedos o cercanos a fuentes.

    ÁRBOLES NOTABLES

    Sierra de las Nieves destaca por ser refugio de un buen número de árboles destacables por su antigüedad, tamaño, historia, rareza, etc. A continuación, exponemos una relación de los que se encuentran recogidos en el catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Andalucía.
    - Majuelos de la Cueva del Agua
    - Rebollos del cerro del Robledal
    - Castaño Santo de Istán
    - Encina de los Quinitos
    - Algarrobo de las Cuevas del Moro
    - Pinsapo de la Escalereta
    - Pinsapo del Puntal de la Mesa (Falsa Escalereta) 􏰀 Pinsapo de la Perra
    - Pinsapo de la Alcazaba
    - Pinsapo Moreno
    - Pinsapo Azul
    - Pinsapo del Puerto del Pinsapo
    - Pinsapo Candelabro.

  • Fauna

    El Coto Nacional de Caza de la Serranía de Ronda se crea en el año 1948 con la idea de proteger y recuperar las poblaciones de cabra montés y corzo morisco. Durante su existencia ha ido cambiando de nombre según la administración gestora en cada momento. En 1972 pasó a deno¬minarse Reserva Nacional de Caza y, finalmente, en 2003, bajo la gestión de la Junta de Andalucía, se renombró como Reserva Andaluza de Caza de la Serranía de Ronda. Aledaño a este centro de recuperación e investigación se habilitó un cercado donde las cabras montesas y los corzos se recuperan de las distintas afecciones que padecen. Además de gestionar los cupos de caza, este organismo ejerce una importante labor protectora que ha llevado a estabilizar la población del corzo morisco en el ámbito geográfico de la Serranía de Ronda.

    Como no puede ser de otra manera, los reptiles y anfibios más comunes igualmente moran en Sierra de las Nieves. Citaremos entre los más interesantes a la lagartija andaluza (Podarcis vaucheri), a los eslizones ibérico y tridáctilo (Chalcides bedriagai y striatus), a la culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) y a la culebra lisa meridional (Coronella girondica). Por parte de los anfibios hay que subrayar a la salamandra penibética (Salamandra salamandra subsp. longirostris), un endemismo del conjunto de la 57 Serranía de Ronda, y al sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), bien representado en el espacio.

    Desde unos años acá se ha incrementado la población de nutria (Lutra lutra). Igual camino sigue el cangrejo ibérico (Austropotamobius pallipes), que se ha visto favorecido por las actuaciones llevadas a cabo para asegurar su supervivencia frente al introducido cangrejo rojo americano. El cacho (Squalius malacitanus), es una especie ictícola exclusiva de la Serranía de Ronda y Campo de Gibraltar, que habita en el río Guadaíza. En Río Verde y en el propio Guadaíza hallamos las únicas po- blaciones andaluzas de blenio (Salaria fluviatilis).

    En las ribera y ambientes húmedos moran algunos odonatos sumamente interesantes como Macromia splendens y Gomphus graslinii, ambas restringidas a la Península Ibérica y sur de Francia, y Oxygastra curtisii, considerada en peligro de extinción. El grupo de lepidópteros es bastante amplio, pero cabe destacar la presencia de las mariposas Eublemma rietzi, Eumedonia eumedon, Euphydryas desfontainii, Pseudophilotes panoptes y Cupido lorquinii.

    El emblema faunístico de Sierra de las Nieves es la cabra montesa (Capra pyrenaica hispanica) que, a pesar de la incidencia de la sarna, encuentra en estas sierras una de sus mejores poblaciones en Andalucía. Fue por ello que en el anagrama del Parque Natural figuran las imágenes del pinsapo y de la cabra. Menos conocido es el sigiloso y mimético corzo morisco (Capreolus capreolus), un pequeño cérvido que habita las espesuras del bosque. El jabalí (Sus scrofa) se ha extendido en los últimos años, creando serios problemas en los cultivos, pastizales y áreas boscosas. El gamo (Dama dama), el muflón (Ovis musimon) y el ciervo hallan restringida su presencia a fincas cinegéticas del Parque Natural. Remata la lista de mamíferos el meloncillo (Herpestes ichneumon), el tejón (Meles meles), la garduña (Martes foina), el zorro (Vulpes culpes), el gato montés (Felis silvestris) y la gineta (Genetta genetta), esta última introducida por las tribus norteafricanas en el siglo VIII.

    Aves

    Gracias a las características orográficas, climáticas y de vegetación, las rapaces tienen una excelente representación, sobre todo las de ámbito forestal, como el azor y el gavilán (Accipiter gentilis y nisus), habitantes de los bosques de coníferas. El águila real (Aquila crhysaetos) ha visto mermada su población en los últimos años. Mejor suerte corre el águila azor perdicera (Aquila fasciata) y el busardo ratonero (Buteo buteo). En temporada podemos gozar del vuelo del águila culebrera (Circaetus gallicus) y de la aguililla calzada (Aquila pennata). Las falcónidas son fáciles de ver e identificar, sobre todo al cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), al halcón peregrino (Falco peregrinus) y al alcotán europeo (Falco subbuteo). Los cielos de Sierra de las Nieves se ven frecuentemente contorneados por el elegante vuelo del buitre leonado (Gyps fulvus), quien usa como dormidero, dada la cercanía de un comedero, las copas de los pinsapares rondeños. En Sierra de las Nieves coexisten la mayor parte de rapaces nocturnas y mantienen una buena población el búho real (Bubo bubo) y el autillo (Otus scops).

    Resulta un ejercicio gratificante y enriquecedor averiguar cuál es cada especie de pájaro, así que no vamos a relacionar la cantidad de pequeñas y medianas aves que podremos avistar en nuestras salidas por la Gran Senda de la Sierra de las Nieves (GR-243), pues ya existen algunas publicaciones especializadas al respecto. No obstante, si queremos reseñar algunas que, por su rareza, escasez o importancia lo merecen, caso del colirrojo real (Phoenicurus Phoenicurus), cuya población serrana es de las más importantes de Andalucía. En ambientes forestales también se prodigan el piquituerto (Loxia curvirostra), el picapinos (Dendrocopos major), el pito real (Picus viridis), la paloma torcaz (Columba palumbus) o insectívoras como el carbonero común (Parus major) y el herrerillo (Cyanistes caerelus).

    Sobre tajos y cortados se aprecie el valiente vuelo de las ruidosas chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y de otras pequeñas aves asociadas a los ambientes rupícolas.
    Sirvan como ejemplo los roqueros rojo y solitario (Monticola saxatilis y solitarius) o la collalba negra (Oenanthe leucura).

    Los cursos fluviales en general y el bosque de ribera en particular son el hábitat de multitud de pájaros que hallan comida y refugio. Algunos de estos moradores son el martín pescador (Alcedo atthis), el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), el ruiseñor bastardo (Cettia cetti), el mirlo acuático (Cinclus cinclus) o la tórtola europea (Streptopelia turtur).

    En las zonas altas de Sierra de las Nieves se impone un clima adverso al que se han sabido adaptar la collalba gris (Oenanthe Oenanthe), la alondra común (Alauda arvensis), el bisbita campestre (Anthus campestris), el mirlo capiblanco (Turdus torquatus) y el acentor alpino (Prunella collaris), al que podemos ver, bastante confiado, en la cima del Torrecilla.