Itinerario
Hay varios factores importantes a tener en cuenta para la realización de este recorrido, como la altitud (la cumbre está a 1452 metros), la exposición a los vientos y el sol, al tratarse de un pico muy aislado. Este carácter marcadamente serrano y el especial tipo de roca del enclave se concreta en algunas rampas de cierta importancia y en diversos tramos de escalones desiguales y pidrecitas sueltas. Por contra, la longitud total y los desniveles son bastante asequibles. Hay zonas de matorral denso y otras sin apenas cobertura vegetal.
Resumen
Para realizar este recorrido circular se han seleccionado tres tipos de senderos oficiales, pertenecientes a la red de la Federación Andaluza de Montaña o al Plan de Uso Público del Paraje Natural Los Reales de Sierra Bermeja.
Se comienza por el Sendero de Pequeño Recorrido PR-A 242 Genalguacil-Los Reales en sentido descendente. Los dos primeros kilómetros se utiliza una estrecha pista asfaltada con muy poco tráfico. Luego se convierte en senda, que hasta la Plazoleta de Genalguacil sigue siendo PR y a partir de allí ya es solo Sendero de Uso Público, concretamente el de Los Reales, que hace cumbre por vereditas de sierra.
El descenso hasta el punto de inicio coincide con el Sendero Local SL-A 168 Subida al Pico de los Reales. Este tiene un kilómetro de pista de zahorra y el resto vuelve a ser sendero.
El Paraje Natural Los Reales de Sierra Bermeja engloba a los mejores bosques de pinsapo del mundo creciendo sobre peridotitas, una roca plutónica procedente del manto terrestre que ya de por sí es una rareza. Los suelos que generan estas piedras son muy ricos en metales pesados, y es por ello que se encuentran aquí numerosas plantas exclusivas de este tipo de sustrato. Una fauna muy diversa también intenta acomodarse a este entorno tan agresivo, y es en especial relevante la población de un ungulado endémico de la Península Ibérica, la cabra montés.
En cualquier caso, uno de los recursos más valorados por los visitantes es el del paisaje. Con este recorrido se tienen excelentes vistas hacia los cuatro puntos cardinales, lo que incluye la Serranía de Ronda, el Mar de Alborán y el Estrecho de Gibraltar. Bien utilizando los miradores acondicionados o desde cualquiera de los escarpes del sendero, esta prominente montaña se yergue en el contacto entre dos continentes y dos mares.
También ha sido este un escenario histórico donde se desarrollaron algunas de las últimas batallas de moriscos contra cristianos y donde ilustres científicos descubrieron las joyas botánicas o faunísticas que atesora Sierra Bermeja.
Lo mejor
Un escenario para la historia
Por el carácter tóxico de las tierras bermejenses, estas sierras de peridotita no albergan ningún pueblo, desviados al cercano contacto de las rocas pizarrosas o los mármoles. Este aislamiento y lo agreste del terreno propició que fueran el refugio de los últimos moriscos andalusíes y el escenario de algunas sangrientas batallas. En Los Realillos se localizan los restos de una fortificación de aquella época, posiblemente el afamado fuerte de Calalui.
Pero es precisamente la singularidad de las rocas plutónicas del manto y la flora exclusiva asociada lo que ha generado la visita de numerosos científicos, uno de los cuales, Edmond Boissier, descubrió aquí para la ciencia el pinsapo en la primera mitad del siglo XIX. En el área recreativa hay algún monumento erigido en memoria de estos ilustres visitantes y varios enclaves dedicados a los personajes destacados en la lucha por la conservación del espacio natural.
Panorámicas hacia dos continentes y dos mares
Sierra Bermeja es un coloso de rocas rojizas que se erige como la primera montaña de cierta envergadura del poniente de los sistemas béticos. De hecho, es la más alta de cuantas se asoman al litoral occidental malagueño.
Desde los tramos de inicio y finalización del sendero es posible divisar las Bahías de Estepona y Algeciras, el Peñón de Gibraltar y, en los días claros, las costas africanas de Marruecos. La mitología griega situó a ambos lados del estrecho las columnas de Hércules, que un vecino de Casares, Blas Infante, llevó a la bandera andaluza.
Desde las zonas que se abren al oeste y el norte o desde las cumbres se ven los blancos pueblecitos del Valle del Genal: Gaucín, Benarrabá, Algatocín, Benalauría o Genalguacil, el más cercano. Con buen tiempo incluso se alcanzan a ver Cortes de la Frontera o la sierra de Cádiz.
Hacia el este, el amplio panorama proporciona una sucesión de montañas que terminan en la Sierra de las Nieves.